23.2.07

Olympiakòs

Enfrentarnos a Olympiakòs, es revivir un pedazo de nuestra historia.
Es contemplar maravillosas nostalgias de nuevo rescatadas.
Es subrayar y reafirmar la constatación de una singularidad.
Es gozar de la épica y la gloria con la que los dioses del basket nos quisieron obsequiar.
Escuchar Olympiakòs, es notar que se te vuelve a erizar la piel.
Es visualizar la culminación de un sueño que no era solo en papel.
Es pensar que a veces, las ilusiones se convierten en realidad.
Recordar Olympiakòs es la satisfacción y el orgullo de una gente que vive en verdinegro y de toda una colectividad.
Es la respuesta a muchos interrogantes que nos tocan descifrar.
Es revivir encontrarte en la calle, a toda una ciudad.
En el Joventut, soñar Olympiakòs es el remedio a todas las tristezas.
Es recordar, caras y rostros llenos de felicidad.

Decir Olympiakòs, es decir 57-59. Es experimentar ser dichoso de una forma brutal.
Es recorrer el universo siguiendo la parábola de un triple celestial.
Es ver a los Jofresa al mando, es recordar a Villacampa recogiendo un título colosal.
Es Ferrán reboteando y anotando, es Mike Smith partiéndose la cara con Zarko Paspalj.
Es Zeljko encaramado a un balcón diciendo que somos una forma de entender el baloncesto y la vida sin igual.
Es volver a ver a todo un sentimiento disfrutando y gozando sin parar.

Notar Olympiakòs es notar la dulzura del éxito; el climax del éxtasis, una sensación que ya nunca podrás olvidar.
Citar Olympiakòs es el paroxismo hasta la locura, y quizás, hacia un poco más allá.
Pensar Olympiakòs es revivir tiempos felices. Es alegría. Es disbauxa. Es xirinola.
Es la follia desencadenada, que nos tocó disfrutar.
Olympiakòs es notar la angustia de un reloj que no corría ni para atrás.
Es el terror a la repetición de Estambul y el miedo a volvernos sin premio una vez más.

Pensar en Olympiakòs es rememorar el último canto de un cisne y notar como se te rasga el corazón.
Gritar Olympiakòs es escuchar la antesala de una pesadilla que aguantamos con desazón.
Susurrar Olympiakòs es presentir el crepúsculo de una época dorada que tenemos que volver a reeditar.
Corear Olympiakòs es recordar lo grandes que hemos sido, que somos y la guerra que todavía vamos a dar.
Cantar Olympiakòs es recordar lo más maravilloso que en este deporte nos ha tocado contemplar.

Jugar otra vez contra Olympiakòs en Euroliga, es darles de nuevo la razón a aquellos chavales del Spirit Of.
Y creer en ellos, es creer en que volveremos a disfrutar de todo aquello que ya conocimos, algún día.
Es recordar lo felices que fuimos en aquellos paisajes y al llegar a nuestra estación.
Es tener confianza en el presente, e ilusión en lo que está por venir.
Es tener la idea que aquellos chavales en los años 30 sabían lo que se iba a vivir.
Es tener la certeza, que más pronto que tarde:………. Hi Haurà un altre Tel-Aviv. Wink

http://foros.acb.com/viewtopic.php?p=6454841#6454841

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