La alegría de la Huertas
Me ha contado un reputado topo, que esta mañana a Aíto le ha pasado una cosa muy curiosa.
Cuando se ha pasado por su despacho del Olímpic para empezar a preparar el partido contra el Olimpia, Aíto ha empezado a maquinar la idea de llamar a Pau Ribas y visto lo visto, darle vacaciones indefinidas a Marcelinho o al menos darle un tiempo de merecido descanso..........sobretodo a los demás jugadores que se ponen de los nervios cuando le ven salir a pista
Incluso ha llamado a Sito para comentárselo, y evidentemente este a contestado que si él pensaba que esto era lo mejor, a él también le parecía muy bien y que ya había estado pensando en esto esta noche.
Cuando abandonaba el Olímpic y mientras buscaba el número del móvil de Pau de camino hacia su coche, de repente una figura vestida con el uniforme de la Penya y el número 4 a la espalda, se le ha tirado a los pies.
Aíto asustado al ver un cuerpo tirado en el suelo, ha pegado un respingo, y con los ojos abiertos como naranjas ha contemplado la curiosa escena sin atreverse ni a pesteñear.
Sin levantar la cabeza del suelo, y por tanto sin que se le viera la cara, pero con el número y el nombre bien visible a la espalda, la figura ha empezado a exclamar: “Señor, Señor, porque me has abandonado?. Ha sido por Ricard?”
Aíto sin salir de su asombro se ha quedado mudo, y sin saber muy bien que hacer, se ha quedado atónito observando la escena.
La figura con una melena recogida a la altura de la frente con una fina cinta negra ha seguido exclamando: “Señor, después de lo de ayer, no soy digno de volver a salir a la cancha. Tan solo con una palabra suya podrá arreglarse”
Aíto perplejo aún, se ha acercado a la figura que estaba en el suelo, y con mucho cariño y tacto la ha cogido por el brazo y ha ayudado a levantarse y mientras le decía: “Señora Huertas, haga usted el favor de levantarse!” se puso serio y le recriminó lo que había hecho:
“No debería usted hacer una cosa así, me ha dado un susto de muerte”
“Es que mi hijo me ha dicho que usted es Dios y estaba muy cabreado con él y tenía miedo a quedarse sin equipo por decisión divina” se intentaba disculpar la buena señora.
“Dígale a su hijo que se deja de capulladas y que se dedique a jugar bien de una puñetera vez” le espetó con seriedad Aíto.
“Si, pero es que…..” le interrumpió la mujer.
“Ni es que.., ni nada. “ le ha cortado Aíto, “ayer nos complicó un partido que teníamos controlado”.
“Si, bueno es que el tiro de la rana a veces …….. ya sabe” ha intentado justificarse la mujer
“Ni la rana, ni leches, lo que está haciendo su Marcelino este año, es comportarse como un renacuajo cada vez que sale a la cancha…” le replicó Aíto enfadado “Mire, le dice usted que le voy a dar una última oportunidad; pero que como no se ponga las pilas de una puñetera vez, lo facturo directamente pa Melilla a chupar LEB, que es una cosa en la que ya tengo experiencia por haberlo hecho anteriormente dos veces con otros bases verdinegros”
“Alabado sea usted, Señor” le ha susurrado casi sollozando la buena señora “Por cierto, como ha sabido usted que yo no era Marcelino?”
"Pues porque aunque su hijo a veces hace cosas muy raras, como cascarse tres tiros recién salido del banquillo, perder pelotas, volver loco un partido controlado y demás, lo de llevar puestos unos talones de aguja pues aún como que no………….” Ha aclarado Aíto.
“Ha perdido pelotas????” ha preguntado sobresaltada la madre intentando cambiar de tema.
“Bueno........., los que vamos a perder las pelotas, el corazón y la serenidad, viendo lo que hace en una pista últimamente, vamos a ser los demás. “ ha dicho Aíto lanzando un suspiro
Colorada de vergüenza, la buena señora ha acertado a preguntar esperanzada:“Así que le da usted otra oportunidad? “.
“Solo una mas” ha aclarado Aíto.
La verdad es que la mamá de Marcelino se ha puesto muy contenta, se podría decir que ha sido “LA ALEGRÍA DE LA HUERTAs” en lo que va de temporada.
Y es que después del año que lleva su hijo desde el verano hasta ahora, la pobre mujer no ha tenido muchas ocasiones de alegrarse y ya se sabe que a falta de pan, buenas son tortas.
Si algo la asustaba, no era que Marcelino no volviera a jugar de verdinegro, sino que Aíto le devolviera a Brasil con lacito incluido; ya que cuando está por allí se suele levantar muy tarde, se pasa el día vacilando a las garotas en la playa, tirándole los tejos a todo lo que lleve faldas y se mueva y sobretodo fanfarroneando con sus amigos en torno a unas caipirinhas y una mesa de tasca sobre lo bueno que es jugando al basket, lo mucho que lo admiran en Badalona y en las muchas ofertas de equipos NBA que tiene.
Y claro, esto último, incluso para una madre, es demasie.
Espero no haber herido a nadie, ni haber sobrepasado ningún límite contando esta anécdota que me ha soplado un reputado topo………
Si lo he hecho , aguantaré estoicamente el chaparrón.......
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